Con el proyecto del restaurante hemos intentado volver a la atmósfera de los restaurantes clásicos de mediados del XX, donde el centro era lo gastronómico y la arquitectura, tanto textil como de las carpinterías, generaba espacios de gran calidad acústica y espacial. Además, ayudándose de la iluminación y la sencillez de un mantel blanco, conseguían generar entornos muy poco jerarquizados donde todos los clientes participaban por igual del espacio.
Con el entelado cenital hemos buscado aislarnos totalmente del pabellón de la feria, acotando de manera mucho más evidente el espacio para generar un volumen claramente definido, más acogedor y que nos lleva a un ambiente más cálido pero con un toque cabaretero.
Además, la estructura tan potente de la planta en aspa planteada para los stands de Marbella Design, nos dio la clave para distribuir el restaurante, replicando su geometría y rotándola de forma que conseguimos abrir espacialmente la zona de acceso y comedor a la vez que generamos un embudo para el público hacia la barra del restaurante. Es en el centro de la barra donde se proyecta el elemento central que alberga un gran botellero que sirve de soporte para toda la estructura de la carpa.
En definitiva, con este espacio queremos reivindicar los restaurantes de siempre, descargados de artificio pero con un potente uso de los materiales, una estructura poco jerarquizada y desprovistos de elementos superfluos que distraigan del principal atractivo de estos espacios: la gastronomía y la reunión.